Guía definitiva sobre la poda de las gardenias

Ya visteis en anteriores entradas que las gardenias responden muy bien a la poda y que enseguida se ponen a brotar otra vez. En esta ocasión quiero profundizar un poco más en el tema y explicaros algunos temas que no traté antes o que pasé un poco más por alto.

Pero antes de meternos al lío, me parece necesario aclarar que el pico máximo de floración de las gardenias ocurre por los meses de mayo y junio y que la gran mayoría de sus flores son terminales (se producen en la punta de las ramas). Así que más o menos podemos decir que las ramas se autopodan ellas solas y que tienden a ramificarse por su cuenta sin que hagamos mucha intervención. A veces también pueden formar algún capullo axilar, pero esto no afecta en nada a la formación de las ramas.

Como la mayoría son flores terminales, podemos decir que la rama que florezca va a ser una rama que se va a ramificar en poco tiempo porque la yema apical vegetativa se ha convertido en una yema apical florífera y si esa rama quiere seguir creciendo va a tener que brotar por las yemas laterales, que siguen siendo yemas vegetativas.

Sin embargo, puede haber ocasiones en las que no reciben los cuidados adecuados y florecen muy poco. En este caso, las yemas terminales se mantienen como yemas vegetativas todo el tiempo y al final, la planta acaba desgarbada con tallos larguiruchos y muy poco ramificada.

Los cuidados incorrectos producen plantas con tallos alargados y muy poca ramificación. Probablemente, esta planta no recibe el suficiente sol directo porque los tallos están etiolados con entrenudos muy largos y con muy poca cantidad de hojas. Yo la podaría a la mitad para conseguir mucha ramificación y la pondría a una maceta mayor. Viendo las etiquetas, parece una planta cultivada en invernadero, con lo cual es probable que estuviera demasiado junta a otras plantas y no recibiera sol suficiente por los laterales. De ahí que solo tenga hojas en la parte superior.

En cambio, con los cuidados correctos y con un poco de poda todos los años, podemos conseguir una gardenia compacta y muy ramificada. Esta planta se nota mucho más vigorosa que la de la foto anterior.

Tras varios años de poda conseguiremos un gran arbusto llenísimo de ramas. Impresionante el de esta foto.

Para podar las gardenias existen dos ocasiones interesantes:

-Al inicio de la primavera (en febrero-marzo aprox): si podamos en este momento eliminaremos la mayoría o todas las flores porque en estos meses ya se ha iniciado la formación de capullos. No es la época ideal de poda, pero es un momento "aceptable" si ese año únicamente queremos centrarnos en la formación de la planta y no nos importa perder la floración.

-Al terminar la floración (en junio-julio aprox): para mí es el periodo ideal de poda. Tras haber disfrutado de la floración, ahora únicamente queda retirar las flores secas que aún no se hayan desprendido y darle un poco de forma a la planta. Además, podemos utilizar las ramas podadas para hacer esquejes utilizando el método que vimos el año pasado y que roza un porcentaje de enraizamiento de casi el 100% en todos los esquejes. También os recuerdo que por esta época, las gardenias suelen amarillear y tirar las hojas más viejas y que es un proceso normal.

Existe un tercer momento adicional de poda que podemos hacer continuamente durante todo el año y que consiste en ir eliminando todas aquellas ramas rotas, enfermas, cruzadas y dañadas. Es una poda ligera de limpieza que solo consiste en hacer o mantener el saneamiento de la planta. Por ejemplo, si una rama se parte en invierno por un golpe de viento, la podamos en ese momento sin esperar a febrero o a mayo para hacerlo. No hay mucho que contar sobre este tema, porque es algo que cae de cajón. Si se rompe o se seca una rama, no la vamos a dejar ahí en el medio esperando a que llegue el momento de podarla, ¿no?. Esta poda de limpieza se puede resumir en inglés como la poda de las 3 Ds (Diseased, Dead y Damaged). Aclarado este pequeño inciso, volvamos a hablar de los capullos otra vez.

La mayoría de los capullos florales que florezcan este año comienzan a desarrollarse de manera visible en sobre el mes de febrero o marzo. Sin embargo, otros capullos ya los comienzan a gestar al final del verano del año anterior y se pasan casi 9 meses formándolos. Puede que sea un poco confuso de entender, pero con el diagrama que os hice creo se van a visualizar mejor todos los momentos importantes. Los meses de floración son bastante orientativos, así que no os los toméis al pie de la letra. A mí este año las gardenias me florecieron en junio y las podé a principios de julio, así que ya veis que son fechas aproximadas y es mejor fijarse en el momento en que se encuentra la planta.

Independientemente del momento, ya sea en otoño o en primavera, las variaciones en el fotoperíodo y en la temperatura son el estímulo que necesitan las gardenias para poner en marcha la formación de los capullos. ¿Os suena que ya hablamos hace tiempo de los cambios en el fotoperíodo como un factor desencadenante de la floración? Pues aquí os pongo la entrada. Tampoco hace falta aumentarles la fertilización con potasio, ni hacerles nada especial, porque la florogénesis es un proceso demasiado complejo en el que intervienen demasiados factores y añadirles un poco de potasio extra unos meses antes no sirve de nada porque las plantas leñosas no funcionan de una manera tan sencilla.

Volviendo a las flores, lo que me parece increíble es que tarden casi 9 meses en desarrollar un capullo desde que empieza a formarse en otoño hasta que finalmente se abre al inicio del verano. Es casi como un embarazo. Pero lo que más me sorprende de todo, es que ahora que estoy metiéndome y estudiando un poco más la fisiología vegetal, me encuentro con que muchas otras plantas tienen un periodo de desarrollo floral muy similar. Por ejemplo, los tulipanes, narcisos, jacintos, peonías, camelias y los rododendros también tienen un desarrollo embriológico floral prolongado que se extiende durante casi 9 meses, aunque no lo parezcan.

Por este motivo, reitero que la mejor época para podarlas va desde el final de la floración hasta inicios de septiembre. En ese periodo de tiempo podemos hacer tantos pinzados como queramos, ya que las gardenias están creciendo con rapidez en esos meses de calor. Ya os conté el año pasado que les hice 3 pinzados porque eran plantas jóvenes con bastante vigor y no tenían casi ramas, pero a partir de ahora creo que con 1 o 2 pinzados será suficiente según vaya madurando la planta.

Cuando podo las plantas, sea una gardenia o cualquier otra planta, primero trato de imaginarlas con una forma esférica y mi intención es podarlas buscando esa forma. Y así, todas las ramas que se alejen de esa imagen, las recorto.

Tampoco se trata de hacerles una forma perfectísima al milímetro, pero nos quedamos con esa idea de buscar una forma general y adaptar la poda de la planta a esa figura.

Supongo que lo más interesante es verlo en la práctica, así que vamos allá. Os dejo la foto del "antes" y del "después" para que vayáis comparando las diferencias.







Aquí os presento las gardenias del año pasado y que ahora tienen una pinta un poco desgarbada y con ramas un poco larguiruchas. Lo primero es lo de siempre: una poda de limpieza quitando las 3 Ds y las ramas cruzadas y a continuación imaginar una esfera y podarlas teniendo en mente esa figura. Yo normalmente voy haciendo la poda de limpieza y de formación a la vez porque en la poda de limpieza solo voy a quitar un par de ramas y no me paro mucho con ella.

No os preocupéis si las plantas se quedan muy pequeñas ahora porque en cosa de un mes estarán llenísimas de brotes, más densas de ramas y con un aspecto mucho más bonito. En total, el tiempo que me lleva podarlas son un par de minutos cada una. Un tiempo ridículo para todos los beneficios que consigo en su formación. Aquí os pongo los restos de la poda.


Y por supuesto, también aproveché la ocasión para hacer más esquejes. Os quiero hacer un inciso porque no todas las ramas son iguales para enraizarlas. En las gardenias, la mayoría de las ramas son solitarias, pero en aquellas que tuvieron flor ocurre algo muy interesante y es que ramifican por sí solas desde un mismo punto.

A la izquierda un esqueje solitario y a la derecha un esqueje ramificado con un capullo de flor

Si aún tienen capullos, se los quito y las pongo a enraizar así directamente. Lo que consigo con estas ramas es adelantar su formación casi un año, porque en el momento de pasarlas a sustrato, ya voy a tener una planta ramificada y preformada desde el principio. En cambio, si utilizara un esqueje solitario, primero tendría que dejarlo crecer, luego podarlo y luego ver si ramifica correctamente. Al final todo eso lleva un año. Al usar un esqueje ya ramificado, ese tiempo nos lo ahorramos. La desventaja de utilizar esquejes ramificados es que tardan un poco más de tiempo en enraizar, pero tampoco pasa nada por esperar 2 o 3 semanas adicionales.

Acordaros de retirarle los capullos y las flores antes de ponerlos a enraizar para que no gasten en ellas.

Y ya para ir terminando, quiero remarcar la necesidad de darles un abonado adecuado y de aportarles el quelato de hierro si lo vemos necesario como tratamiento preventivo o curativo de la clorosis férrica. Las plantas tienen que estar sanas y fuertes para florecer adecuadamente. Solamente os recuerdo que yo no soy muy fan de los abonos específicos para cada tipo de planta y lo que pienso de ellos. Así que mi recomendación es la de utilizar un abono cualquiera. Tampoco falta que sea un abono alto en potasio, porque eso no va a estimular nada la formación de más flores y con que sea un abono relativamente equilibrado y que lleve micronutrientes, ya es más que suficiente.

Y con esto creo que lo voy a ir dejando por aquí porque está quedando una entrada bastante grande y tiene mucha información para digerir.

Comentarios

  1. Estoy desconcertada con mi gardenia. Voy a observarla mejor porque le doy cuidados adecuados y solo abrieron como mucho 4 capullos y de forma tardía en verano, y eso que tenía o tiene (debo verificarlo) un montón, no sé si tiró los capullos que tenía o los ha formado para la próxima primavera. Entonces en este caso, no sé cuando sería mejor podarla. Gracias por una guía tan completa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para podarlas siempre es mejor ahí sobre junio o julio porque así les da tiempo a crecer durante el verano. Este verano me pasó igual que a ti, que tenían muchos capullos, pero más de la mitad los tiraron antes de abrir. De momento no me importa mucho porque pude disfrutar de algunas flores y las plantas aún están en formación.

      Supongo que algunos años funcionan mejor y otros peor, según cómo vengan las temperaturas, y supongo que lo importante es verlas en conjunto y haciendo un balance de todos los años, parecido a cómo se hace con los frutales

      Eliminar
  2. Lección magistral. Muchas gracias. Kai

    ResponderEliminar

Publicar un comentario