A lo largo del mes de agosto y septiembre estuve pinzando muchas de las ramas de las gardenias porque se estaban haciendo demasiado larguiruchas y ahora esas ramas se están ramificando.
Normalmente, las dejaba crecer entre 3, 4 o 5 pares de hojas para quitar, entonces, el último par. Otras veces me limitaba a pinzar las ramas que cogían demasiado vigor y se sobresalían de la forma general de la planta. Y las ramas más pequeñas las dejaba crecer hasta una altura que me gustaba y después también las pinzaba. Vamos, que lo pinzaba todo.
En la foto de abajo se pueden ver las ramas podadas y cómo se están activando las yemas axilares.
Con la llegada del frío, las gardenias empezarán a ralentizar su crecimiento y ya no tendrán un crecimiento muy notable hasta la siguiente primavera. Por eso cuento estos pinzados como los últimos.
Una vez que pase el invierno, quiero eliminar algunas ramas de la gardenia de la primera foto porque hay zonas en las que crecen muchas ramas desde el mismo punto y eso no me gusta mucho. Si las dejo creciendo desde ahí, se podrían formar zonas engrosadas y antiestéticas con el paso de los años. Además, también quiero quitar alguna rama que crece orientada hacia el interior de la planta.
Ahora voy a dejar las tijeras en pausa porque las plantas están preparándose para su reposo invernal y están movilizando el nitrógeno y el resto de nutrientes desde las hojas a las raíces. Si le cortara ahora las ramas le estaría quitando una parte de los nutrientes y disminuiría su capacidad de síntesis a través de las hojas. Así que la eliminación de ramas prefiero hacerla en primavera.
Obviamente, y para no romper con la rutina, esas ramas irán para enraizar y convertirlas en nuevas plantas. Luego ya pensaré dónde poner tanta gardenia.
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