Este año también me animé a hacer más injertos con la intención de multiplicar mi rosal favorito y también con el objetivo de conseguir nuevos rosales a partir de unas ramas que recibí de un intercambio.
En esta ocasión utilicé un método un poco diferente al que os enseñé hace un par de años (aquí y aquí) y tampoco tuve malos resultados, aunque algún injerto también me falló. La ventaja de este nuevo método es que es un poco más fácil de hacer, ya que nos ahorramos el corte de la lengüeta, pero tiene una desventaja y es que la yema injertada se puede mover con más facilidad de su posición, ya que solo está posada encima del portainjerto y no tiene esa lengüeta que la sujete mínimamente. Esto supone un gran problema porque la yema se puede mover justo cuando la estemos encintando y tenemos que volver a descintarla y volver a colocarla bien. Sin embargo, la mayor ventaja que le encontré es que se puede realizar en ramas muy finas con menor riesgo de que se rompan porque no tenemos que hacer tantos cortes.
Así es el nuevo injerto que hice esta vez |
Los cuidados de este tipo de injerto son los mismos que para el injerto de lengüeta. Tendremos que dejarlos envueltos con la cinta durante 2 o 3 semanas o hasta que veamos que se forma un callo cicatricial alrededor de la yema.
Los injertos de yema se hacen durante el verano cuando las plantas en crecimiento activo y se utilizan yemas tiernas que se formaron en la primavera. Yo tengo los rosales en maceta y ya sabéis que los rosales son plantas de sol directo. Hay que tener en cuenta que durante los primeros días, la yema recién injertada no tiene circulación de savia hacia ella y puede sufrir una deshidratación si le da el sol directo fuerte en verano. Lo bueno de tenerlos en maceta es que puedo moverlos de un sitio a otro para que reciban unas horas de sol directo por las mañanas y un poco por las tardes.
Una vez que descubro los injertos tras esas 2 o 3 semanas, los dejo otra semana más en esa ubicación un poco más protegida del sol para ver si la yema se activa y se adapta al aire libre, y si va todo bien, después los vuelvo a llevar a su sitio habitual.
Injerto realizado a mitad de julio |
Mismo injerto anterior después de 3 semanas. Ya se aprecia la cicatrización en los bordes y un ligero crecimiento de la yema |
Ahora las yemas injertadas están creciendo maravillosamente como si fueran las propias yemas del portainjerto. Todas las variedades que injerté son reflorecientes así que es muy probable que formen alguna flor en un par de meses cuando refresquen un poco las temperaturas diurnas. Lo más seguro es que no creen flores de primera calidad porque todavía son plantas muy jóvenes y este año pasaron por bastante ajetreo, pero estoy seguro de que tendré flores de primera categoría en la próxima primavera.
No me acordé de hablaros sobre los portainjertos que usé, pero es porque no le doy demasiada importancia a ese tema. Tengo algún portainjerto proveniente de semilla, aunque la mayoría son esquejes enraizados de otros rosales. Mi intención es cultivar estos rosales durante uno o dos años para que se hagan un poco altos y después enterrarlos muy profundos en tierra firme. De esta manera, el portainjerto se irá muriendo con los años y los tallos provenientes de las yemas injertadas enraizarán por su cuenta y se acabarán convirtiendo en rosales plantados en sus propias raíces como si fueran hechos de esqueje desde un principio. A esto se le llaman "franquear" el injerto porque, de alguna manera, estamos anulándolo para que la variedad injertada forme sus propias raíces.
Otro injerto hecho a finales de junio y ya en julio muestra un buen crecimiento |
Otro hecho en junio y en julio ya está formando las primeras hojas |
Siempre existió, y existirá, el debate de si es mejor cultivar los rosales en sus propias raíces o si es mejor cultivarlos injertados. Los rosales injertados tienen una gran ventaja y es que se desarrollan muy rápido durante los primeros años porque tienen toda la cantidad de raíces del portainjerto disponibles bombeando nutrientes hacia esas dos o tres yemas injertadas. Un rosal proveniente de esqueje tiene doble trabajo porque necesita crear todo el cepellón de raíces y desarrollar toda la parte aérea al mismo tiempo, lo que implica un mayor gasto de energía y, por tanto, un menor desarrollo vegetativo hasta que el rosal se establezca.
Al reproducir un rosal primeramente con un injerto y posteriormente enterrarlo profundamente para que franquee, creo que podemos obtener las ventajas de ambos métodos. Por un lado, tenemos el desarrollo rápido aprovechando las raíces del portainjerto y, por otro lado, las variedades injertadas podrán extenderse por el suelo y sacar brotes basales, cosa que no podrían hacer si el injerto se mantuviera al aire por encima del sustrato.
Increíble. Gracias por traernos otro método de injerto de rosal.
ResponderEliminarYo recientemente después de muchos intentos logré un injerto de rosal por yema, por el método de la lengüeta, así que hasta no lo tenga controlado ni me voy a aventurar con otro, pero bueno es saberlo.