Pulgón

Llega la primavera, brotan las plantas y aparece el pesado del pulgón. Ya os hablé indirectamente de ellos el año pasado, esta vez quiero explicaros su ciclo de vida para conocer mejor esta plaga.

El pulgón se trata de un insecto pequeño de 1 a 2 mm de tamaño, según la especie, que pertenece a la familia de las Aphidinae. Aunque su nombre nos pueda hacer pensar que están relacionados con las pulgas, la realidad es que no tiene nada que ver un insecto con otro y de hecho, están bastante separados filogenéticamente.

Macrosiphum rosae, pulgón típico de los rosales junto a algunas mudas

Quien más y quien menos, seguro que habrá visto pulgones en alguna planta alguna vez. Existen diferentes especies de pulgones y dependiendo de cuál sea, podemos encontrar pulgones de color verde, amarillo, marrón, negro e incluso con manchas de varios colores. Algunas especies de pulgón parasitan casi cualquier planta, mientras que otras son exclusivas de ciertas familias como las iridáceas, las liliáceas, las amarilidáceas, etc. Una curiosidad de ellos es que son los únicos organismos del reino animal que pueden producir carotenoides.


Los pulgones tienen sistema de alimentación tipo picador-chupador e inyectan su estilete en la epidermis de la planta hasta alcanzar la savia que circula por algún vaso del floema. De preferencia, los pulgones se asientan en brotes tiernos, capullos y hojas jóvenes donde la epidermis es más blanda y pueden inyectar su estilete con mayor facilidad. Estas picaduras provocan la deformación de los brotes y hojas, un debilitamiento de la planta y desequilibrios hormonales al extraer la sabia elaborada de la planta.

Fotografía de un pulgón alimentándose. St: estilete, scl: esclerénquima, p: floema, x: xilema. Barra escala: 1mm

La savia del floema es rica en azúcares, sin embargo, a los pulgones lo que más les interesa es el contenido en proteínas, así que lo que hacen es excretar ese exceso de azúcares que ingieren. Ese azúcar excretado se llama ligamaza y le encanta a las hormigas.

Aquí vemos pulgones de la especie Dysaphis tulipae cuya predilección son las hojas de plantas bulbosas. También podemos ver algunas mudas y una hormiga cuidándolos.

De hecho, las hormigas pastorean a los pulgones llevándolos de una planta a otra para que les produzcan más ligamaza. Cuando hay una gran exceso de ligamaza, esta se acaba acumulando en las hojas y se coloniza con un hongo que ya veremos en otra entrada más adelante.

Sin embargo, lo que me parece más interesante de esta plaga es su forma de reproducción, ya que presentan una reproducción sexual típica y una reproducción asexual o partenogénica en la que las hembras dan a luz a crías sin haber sido fecundadas previamente.


Vamos a suponer que el ciclo comience en primavera con la eclosión de los huevos que fueron depositados en la planta. De ellos nacen unas ninfas que pasan por 4 mudas y todas se convierten en pulgones hembras sin alas. Tras 7-10 días alcanzan la madurez sexual y comienzan a reproducirse partenogénicamente dando a luz a 5-10 hembras nuevas todos los días. Estas hembras hijas son clones del pulgón original que nació del huevo al inicio de la primavera.

Aquí una hembra dando a luz a otra hembra. La hija es un clon de la madre.

Los clones, a su vez, van desarrollándose y crean otros clones, que a su vez crean otros clones, y estos, otros clones... y así sucesivamente. De esta manera, el crecimiento de la población se produce de manera exponencial y el número de individuos aumenta rápidamente en muy poco tiempo. Se pueden producir de 10 a 30 generaciones de pulgones cada año, que es una barbaridad de crecimiento. Sin embargo, la esperanza de vida de cada pulgón es de solo 20 a 40 días y de alguna manera se compensa ese crecimiento tan alto.

Una vez que la planta está saturada de pulgones y se debilita mucho, a ciertos pulgones se le desarrollan alas y por eso podemos ver algunos pulgones alados incluso al principio de la primavera. Los pulgones no pueden volar muy bien, pero se dejan arrastrar por el viento y así alcanzan nuevas plantas de las que alimentarse.

Cuando comienzan a bajar las temperaturas en otoño, algunos pulgones hembras alados se convierten en machos y comienza la fase de reproducción sexual. En este periodo, cada hembra deposita entre 50 y 100 huevos y así consiguen sobrevivir al invierno para comenzar un nuevo ciclo en la siguiente primavera.

Como curiosidad, en lugares cálidos donde no hay bajada de temperaturas, los pulgones no tienen reproducción sexual y únicamente se multiplican por partenogénesis.

Un dato importante sobre los pulgones es que pueden ser portadores de enfermedades en las plantas, ya sea transmitiendo algún virus, hongo o bacteria. En la gran mayoría de los casos no ocurre nada y la pequeña infección se resuelve por sí sola con las defensas de la planta, pero hay que tenerlo en cuenta porque una plaga relativamente inofensiva, nos puede derivar en alguna enfermedad más severa y de difícil curación.

En resumen, los pulgones son una plaga muy frecuente, yo diría que es la más frecuente de todas, pero por suerte, no llegan a matar a las plantas que parasitan y simplemente la dejan muy débil ese año. Además, los pulgones son la base de alimentación de otros insectos como mariquitas o mantis religiosas, que de alguna manera también ayudan a que no aumente en exceso su población.

Comentarios

  1. Que buena explicacion ! no tenia idea de cómo se reproducian ,que hubieran de tantos colores, ni que pudieran volar ; gracias

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    1. Un placer que te gustara la entrada. Me decidí a hacer una sección de plagas y enfermedades en el blog porque creo que puede ser interesante conocerlas un poco más a fondo. Y si las conocemos, también es más fácil tratarlas porque vamos a saber sus momentos más vulnerables.

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  2. por favor ,otra plaga es la palomilla blanca, y las arañitas rojas

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