Sansevierias en flor

Supongo que habrá gente que le sorprenda porque nunca han visto florecer a una Sansevieria, pero yo ya lo veo como algo normal porque lo hacen todos los años. Unas veces lo hacen sobre el mes de junio, otras en julio y algún año también lo llegaron a hacer en septiembre, pero todos los años se ponen a florecer.

Las Sansevierias son plantas casi indestructibles que aguantan casi cualquier situación o ambiente en el que se las ponga. Se pueden poner a sol a chorro todo el día, ponerlas a menos sol, ponerlas en sustratos minerales y muy drenantes, o ponerlas, como hago yo, en turba negra, pese a que muchos se asusten al ver a una suculenta plantada en un sustrato orgánico que retiene tanta agua. Sin embargo, para mí lo único que tengo que tener en cuenta con ellas, porque ya lo he probado en varias ocasiones, es que necesitan recibir sol directo durante varias horas al día para que crezcan fuertes y que el frío del invierno combinado con una alta humedad en el sustrato, no les hace ningún bien. Teniendo esto en cuenta, podemos considerarlas ideales para cultivarlas en el interior o incluso en el exterior, siempre que estén protegidas en los meses más fríos.

En esta entrada me quiero centrar en la típica Sansevieria trifasciata 'Laurentii' que conoce todo el mundo y que se puede comprar en casi cualquier vivero o centro de plantas. Aún tengo algunas Sansevierias más, pero esas ya os las iré enseñando más adelante. Los cuidados que le doy ya os digo que son muy básicos y reciben entre 4 y 5h de sol directo por las mañanas, y el resto del día tienen mucha luz también, están cerca de una ventana y el primer verano que las tuve se les quemaron algunas partes de alguna hoja por el sol directo y el efecto lupa a través del cristal, pero no les afectó para nada y siguieron creciendo de forma normal. Ahora ya están adaptadas a ese sol directo y ya las hojas aguantan perfectamente sin quemarse.

Una forma práctica de saber si reciben suficiente sol directo es fijándose en las hojas nuevas. Si las hojas empiezan a salir más pálidas, sin los márgenes amarillos, salen más estrechas de lo normal o no se mantienen erguidas y se empiezan a doblar, es que la planta está débil por falta de sol. Se dice mucho que estas plantas resisten la sombra, pero es eso, resisten, y no crecen bien a la sombra. Como son de crecimiento lento, al principio no se nota los signos de debilidad, pero si continúan en tan poca luz, a los pocos meses se comienzan a manifestar todos los problemas que os conté.

El sustrato en el que están plantadas es la turba negra que uso siempre a la que le pongo una cubierta de piedra volcánica para que el sustrato no salpique al regarlas. En cuanto al abono, utilizo el mismo que para las demás plantas, sí, aquí también puede haber gente que microinfarte al ver que le pongo un abono alto en nitrógeno a una suculenta, pero es lo que llevo haciendo desde que la tengo, y ya tiene casi 6 años conmigo. Ya os mostré un montón de veces que todos los abonos son buenos. Además, que tampoco le veo mucho sentido complicarme la vida buscando un abono bajo en nitrógeno si luego la tengo plantada en un sustrato orgánico, y, por tanto, rico en nitrógeno.

En cuanto a la floración, pues ya veis. Cuando la planta está fuerte y recibe suficiente sol, también florece. Este año dio pocas varas florales porque tuve que trasplantarla, pero el año que viene sacará muchas más varas. Las flores no me parecen especialmente bonitas, pero son perfumadas y tienen un olor a césped recién cortado que se nota al entrar a la habitación. Una curiosidad de estas flores es que son muy nectarias y producen tanto néctar que llega a gotear en el suelo.

Al recibir suficiente sol directo, las hojas están muy erguidas, son anchas y con los colores muy bien definidos. Una planta sana no necesita tutores para mantener sus hojas rectas.

Los trasplantes se los tengo que hacer casi cada 2 años, como mucho cada 3 años, porque es una planta que se multiplica muchísimo y llena la maceta con sus rizomas en muy poco tiempo. Cuando la trasplanto, divido todos los rizomas, me quedo únicamente con 5 o 6 cabezas que tengan un tamaño intermedio y que aún no haya florecido, y el resto de cabezas y rizomas los acabo tirando o regalando. Los trasplantes los hago en invierno cuando la planta está en reposo vegetativo porque es cuando más me gusta hacerlos, aunque se podrían hacer casi en cualquier momento del año. Con solo esas 5 o 6 cabezas que conservo, la maceta queda un poco pobre al principio, pero de ahí a unos meses ya vuelve a ponerse a rebosar de nuevas plantas, y ya digo que en 2 años le volvería a tocar otro trasplante porque la maceta estaría otra vez a estar repleta de rizomas. Para que os hagáis una idea, en el último trasplante que hice este invierno me junté con 42 cabezas, me quedé con 6 y ahora ya hay como unas 12 en crecimiento.

Me voy despidiendo por hoy con una curiosidad y es que la variedad 'Laurentii' se trata de una quimera que solo se puede reproducir por división del rizoma. Si la intentamos reproducir por un trozo de hoja, los hijuelos que se formen no tendrán ese borde amarillo y serán totalmente verdes.

En definitiva, si estáis empezando con las suculentas, creo que esta planta es ideal para coger experiencia porque no requiere ningún cuidado especial y además admite riegos frecuentes durante todo el año.

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