Un poco bricolage

A veces, cuando plantamos en jardineras grandes no nos damos cuenta del gran peso que llegan a coger estas macetas. En el momento de llenarlas, el sustrato que empleamos suele estar ligeramente húmedo y nos tiende a engañar con su peso, pero una vez que ponemos las plantas y regamos generosamente para afianzar la tierra, el peso de la jardinera se puede llegar a duplicar o triplicar. Si luego resulta queremos mover la jardinera de sitio no nos va a quedar otra que llamar a Hulk para que nos ayude con todo ese gran peso que llega a coger.

Sin embargo, existe otra solución más práctica y es que si somos un poco manitas y tenemos un poco de paciencia podemos fabricar unos soportes con ruedas con los que mover los macetones sin apenas ningún esfuerzo. Esta idea se me ocurrió motivada por la jardinera de los Iris germanica, que debe de pesar unos 50 o 60kg y como los soportes que vi a la venta eran bastante pequeños y no me encajaban bien con esa jardinera, me tuve que hacer unos personalizados con las medidas que necesitaba.

Compré unos listones de madera de abeto de 2cm de grosor, unas ruedas giratorias de acero inoxidable y un bote de lassur para proteger la madera del exterior. Es importante usar un lassur para la madera que se vaya a mantener en el exterior porque deja el poro abierto y como la madera esta "viva" va a ir absorbiendo y regulando su humedad interna en función de la humedad ambiental.

Si en lugar de lassur, usamos pintura normal o barniz, las dilataciones y contracciones de la madera al ganar y perder humedad provocaría que esa pintura o barniz se resquebrajen y acaben despegándose de la madera. Por desgracia, eso ya lo comprobé con otros soportes que pinté hace un par de años y que se quedaron todos desconchados. Da igual que sea pintura o barniz para exteriores, resistente a la humedad o especial para barcos o ambientes marinos porque se acaba pelando igual. Por este motivo es importante usar un protector que se adapte a esas dilataciones y contracciones de la madera y lo mejor es el lassur.

El lassur, además, tiene otra ventaja sobre la pintura o el barniz y es que su mantenimiento es mucho más sencillo. Si dentro de 1 o 2 años queremos volver a aplicarlo, no necesitamos lijar la madera para volver a pintarla y solo basta con limpiar y pintar por encima de la capa antigua. En cambio, si fuera pintura o barniz, tendríamos que lijar o decapar obligatoriamente antes de volver a pintar otra vez. Así que trabajo que nos ahorramos.

Retomando con el tema de los soportes, ya veis que son muy sencillos de hacer. Se forma un cuadrado o un rectángulo con los listones, se unen con un pegamento de madera y unos tornillos o tacos de madera y a continuación se les atornillan las ruedas.

En el caso del soporte de los Iris le tuve que añadir un barrote central para reforzar un poco más la estructura, pero el diseño fue casi idéntico a este que os enseño a continuación.

Los soportes comerciales vienen con unas ruedas de plástico, que aunque soportan bien el peso, se les termina bloqueando el eje de rodamiento al introducirse hojas y tierra en su interior y son muy difíciles de limpiar. Con lo cual, llega un momento en el que ya casi no giran. A mí no me gustan mucho y además se pueden soltar del soporte de madera porque no tienen una buena fijación.

Los soportes comerciales suelen traer este tipo de ruedas, pero se atascan con facilidad y no se fijan bien a la madera

Las metálicas que escogí me parecen más fáciles de limpiar aún siendo más pequeñas que las de plástico y creo que con un manguerazo ya quedarían listas.

En conclusión, que además de ser jardineros también tenemos que ser un poco manitas para ir resolviendo los problemas que se nos vayan presentando a la hora de cuidar las plantas.

Comentarios