Cuando un bulbo no es un bulbo

Cuando hablamos de "plantas bulbosas" suele haber bastante confusión y con ese término solemos englobar a todos esas plantas que tienen alguna parte engrosada subterránea y que pueden permanecer fuera de la tierra durante varias semanas sin que sufran ningún daño. Metemos en el mismo saco tanto a un gladiolo como a una patata o incluso a una zanahoria y eso no es lo correcto porque esas plantas no son plantas bulbosas propiamente dichas.

Para todos estos tipos de plantas, el término adecuado para referirnos a ellas de manera global sería el de "plantas geófitas". En ese grupo de plantas geófitas se incluye a cualquier planta que desarrolle algún órgano subterráneo que les sirva para almacenar energía cuando entran en letargo en situaciones de sequía, frío o calores extremos. Y aunque se llegue a morir la parte aérea de la planta, ese órgano subterráneo le permite volver a regenerarse con total normalidad una vez que las condiciones ambientales se vuelven más favorables.

¿Recordáis que hace unas semanas estuvimos hablando de unas plantas que pierden su parte aérea en ciertas épocas del año? Eran las plantas vivaces y como podéis deducir, las plantas géofitas forman un subgrupo especial dentro de las plantas vivaces.

Reconduciendo el tema al de las plantas geófitas, en ellas podemos encontrarnos con varios tipos de órganos de reserva: los bulbos verdaderos, los cormos, los tubérculos, las raíces tuberosas y los rizomas. Ahora vamos a ver las diferencias que hay entre ellos:

-Bulbos: son hojas subterráneas y engrosadas que crecen bajo tierra. Los bulbos pueden estar formados por capas completas de hojas como las cebollas, los ajos o los Hippeastrum, o por escamas de hojas superpuestas como ocurre en los bulbos de los Lilium. En su parte inferior tienen un plato basal del que nacen las raíces. También tienen un pequeño tallo basal que sería el verdadero tallo de la planta y es donde están unidas esas hojas. Si los cortamos a la mitad podemos ver las diferentes capas de las que está formado.


-Cormo: es un tallo subterráneo y por tanto; va a presentar nudos, entrenudos y yemas. Se diferencia del rizoma en que no tiene un crecimiento horizontal. Este crecimiento lo tienen plantas como los Gladiolus, los Crocus o los Cyclamen. Dependiendo de la especie, algunas pueden tener plato basal o no. Si los cortamos a la mitad veremos que está formado por una masa sólida única y no tiene capas de hojas como los bulbos.


-Tubérculo: es un tallo subterráneo así que también tiene nudos, entrenudos y yemas. Esas yemas están distribuidas al azar por todo el tubérculo. Si cortamos un tubérculo en porciones que tengan al menos una yema, se puede regenerar una planta nueva de cada trozo. El ejemplo más fácil es el de la patata, pero las Begonias y las Anemonas también son tubérculos. No tienen plato basal y su interior es una masa sólida igual que el cormo.


-Raíz tuberosa: es una raíz engrosada con pequeñas raíces adventicias. Es una raíz y por tanto; no va a tener nudos ni entrenudos. Las yemas de crecimiento se encuentran localizadas en un extremo de la raíz. Las zanahorias, el perejil, los rábanos, las Aquilegias, los Lupinus, las Paeonias y las Dahlias son ejemplos de raíces tuberosas. Tampoco tienen plato basal. Algunas especies pueden tener una única raíz tuberosa como las zanahorias y otras pueden estar formadas por un grupo de ellas como las Dahlias.


-Rizoma: es un tallo subterráneo que crece de forma horizontal. Es un tallo, así que va a tener nudos, entrenudos y yemas. No tiene plato basal, aunque la mayoría de las raíces se generan en la cara inferior del rizoma. Si cortamos un rizoma en varios trozos que tengan yemas, también se puede regenerar la planta desde cada trozo. Este crecimiento lo tiene el bambú, los Iris germanica, las Sarracenias, las Zantedeschias aethiopica o las Cannas.


Al principio sé que puede costar ver las diferencias entre un órgano geófito y otro, pero creo que con las fotos es un poco más fácil. La mayor confusión puede estar entre un tubérculo y una raíz tuberosa única, pero la mejor forma de diferenciarlas es viendo la disposición de las yemas. En los tubérculos están por toda la superficie, mientras que en la raíz tuberosa solo están en un extremo.

Ahora que conocemos cada órgano geófito, ya no hay excusa para confundir los términos y llamar "bulbosas" a todas esas plantas que no son bulbos.

Comentarios

  1. Me apunto el término de plantas geófitas, porque yo soy de las que sabiendo las diferencias entre los engrosados subterráneos, suelo decir bulbosas.

    Hace poco hice semilleros de calas y una semilla ha germinado en otra jardinera, como de pequeña no logro diferenciar de que tipo es, la dejaré donde está ahora para ver si forma un tubérculo o un rizoma y así salir de dudas.

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    1. Yo también suelo llamar "bulbosa" a todas esas plantas que tienen un órgano de reserva subterráneo, pero en el blog intento mantener un lenguaje un poco más correcto.

      Muchas veces en los comercios ponen a todas las geófitas en el saco de las "bulbosas", así que tampoco lo ponen fácil para evitar las confusiones.

      ¿Cuantísimas veces ponen los cormos de los gladiolos, o las raíces tuberosas de las dahlias, o los tubérculos de las anémonas vendiéndolos como "bulbosas"? Incluso en muchas webs especializadas de venta tampoco hacen estas diferenciaciones y así no ayudan a corregir este lío.

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