Después de 1 mes, a algunos de los esquejes en agua que os enseñé hace un tiempo ya se le empiezan a ver las primeras raíces. La mayoría solo formaron el callo, pero no creo que tarden mucho tampoco en tener alguna raíz.
Al final opté por organizar los esquejes según su tamaño por motivos prácticos y que me fuera más sencillo colocarlos en los recipientes sin que se me quedaran torcidos. En el vaso de cristal puse los de tamaño más pequeño y en la botella de plástico los de tamaño más grande. Y tengo que decir que no noté grandes diferencias entre uno y otro a la hora de echar raíces, así que no considero que importe mucho el tamaño que tengan los esquejes.
De momento no tuve ninguna baja, pero hubo 5 o 6 esquejes que se empezaron a pudrir por la base y tuve que cortarlos un poco más arriba. Nada importante que no se solucionara con un corte por lo sano. Conseguí detener el avance de esas pudriciones, pero a esos esquejes les llevará un poco más de tiempo enraizar. Fue un problemilla menor, así que no tiene mayor relevancia. Como no les apliqué fungicida ni ningún otro tratamiento, era de esperar que surgiera algún problema con alguno de los esquejes.
En esta foto podéis ver el sistema tan ultracomplicado que uso para enraizarlos: un recipiente transparente con un film de cocina a modo de tapa y al que le hice 5 agujerillos para tener un poco de ventilación. Desde luego, más económico y sencillo no puede ser.
Estos recipientes los coloco en una zona que reciban mucha luz durante el día e incluso un poco de sol directo por la tarde. El calor que se acumula en el interior genera vapor de agua que se va condensando por las paredes, por lo que estas casi siempre suelen estar empañadas. Se genera un efecto invernadero realmente eficaz.
En las fotos están los vasos recién limpios y con el agua recién cambiada, por eso no se ve esa condensación de la que hablo. Aun así, yo calculo que la humedad relativa se llega a formar en el interior sobrepasa del 80% durante casi todo el día. Con esta humedad tan alta el riesgo de que se deshidraten es casi nulo y a los esquejes no les queda más opción que sacar raíces o morirse (y casi siempre optan por la primera opción).
La única precaución es cambiarles el agua una vez a la semana para que todo se mantenga limpio. Si no se le cambia tampoco pasará nada, pero al ser agua estancada que recibe luz solar, es muy probable que se comiencen a desarrollar algas. Exceptuando el tema de los cambios de agua, mi recomendación es que cuanto menos los manipulemos, mejor. Y por supuesto, y como podréis deducir, no utilizo ningún tipo de enraizante, antifúngico, ni nada de abono. El agua es agua del grifo normal y corriente y nada más. Todo muy simple y con las mínimas complicaciones.
Ahora únicamente nos queda esperar a que desarrollen raíces largas de varios centímetros y que no nos entre ningún miedo ni ninguna preocupación porque no se van a pudrir aunque las tengamos muchas semanas en agua. Haciéndolo así nos aseguramos de que se desarrollen la cantidad adecuada de raíces para que luego puedan absorber el agua suficiente cuando pasemos el esqueje al sustrato y que no se deshidrate al sacarlo del vaso-invernadero debido a la bajada brusca de la humedad ambiental que se va a encontrar al comenzar a vivir en el exterior.
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