Rosales antiguos: La historia de los Alba

Los rosales Alba constituyen uno de los grupos más antiguos de rosas cultivadas; algunos de sus ejemplares ya existían antes del año 1100. Aunque forman un grupo más reducido que los Gallica o los Damascenos y hoy día hay pocas variedades disponibles en el mercado, son sorprendentemente poco conocidos. Sin embargo, quienes los cultivan coinciden en que son excelentes rosales de jardín.

Su escasa popularidad probablemente se deba a su paleta de colores, limitada casi por definición al blanco y al rosa muy pálido. Si los comparamos con los Gallica, con sus pétalos rayados, moteados, manchados y sus intensos magentas, es comprensible que estos últimos hayan atraído mucho más la atención a lo largo de los siglos y ganen por goleada en vistosidad.

Los Alba son arbustos altos y elegantemente arqueados, a menudo más altos que los Damascenos, y consiguen una presencia imponente y airosa en el jardín. Sus flores, blancas o rosa pálido, desprenden un perfume intenso y delicioso. Aunque solo florecen una vez al año, su floración es larga —pueden permanecer en flor casi un mes entero—, en otoño regalan escaramujos grandes, decorativos y comestibles, muy ricos en vitamina C. De hecho, hubo épocas en que estos rosales se cultivaron más por sus frutos que por sus flores, especialmente en países como Inglaterra, donde, en tiempos pasados, las fuentes de vitamina C eran escasas y los cítricos no podían cultivarse al aire libre.

Todo rosal Alba comparte un rasgo muy característico: su follaje de tono gris-azulado. Desde que se empezaron a cultivar, se creyó que estaban emparentados con la Rosa rubrifolia (hoy Rosa glauca) por esa coloración tan particular. Sin embargo, los estudios genéticos modernos han demostrado que en realidad son híbridos antiguos entre Rosa gallica y Rosa canina.

En cuanto a salud, los Alba son notablemente resistentes, más que los Gallica, y tienen fama de ser casi inmunes a las enfermedades fúngicas más comunes. Además, soportan muy bien el frío intenso, lo que los convierte en la opción ideal para jardines de climas duros.

Estos rosales también estuvieron presentes en la historia del arte y los podemos encontrar en algunos cuadros antiguos.

'Nacimiento de Venus' pintado por Sandro Botticelli aproximadamente entre 1482 y 1485 en Italia. A la izquierda del cuadro vemos a Céfiro insuflando un soplo de aire a Venus y abrazado a Cloris, su mujer y diosa de las flores y los jardines, ambos rodeados de rosas. Según otra interpretación, en vez Cloris podría tratarse de Aura, la diosa de la brisa. En otra entrada vimos que los rosales Centifolia se empezaron a desarrollar por el año 1580, casi un siglo después de haberse pintado el cuadro, así que es muy probable que las rosas del cuadro sean rosales Alba.

Estos rosales han dejado huella en el arte y en la historia. La rosa blanca que representaba a la Casa de York durante la Guerra de las Rosas (1455-1487) probablemente era un 'Alba Semiplena'. Frente a ella, la rosa roja de los Lancaster se inspiraba en la clásica Rosa gallica officinalis. Aunque las causas profundas del conflicto fueron, como casi siempre, el poder y el dinero, el enfrentamiento entre las dos ramas de la familia real (descendientes de Eduardo III) terminó dividiendo a la nobleza inglesa en dos bandos irreconciliables.

La guerra concluyó con la victoria de los York, pero el nuevo rey, Enrique VII (de sangre Lancaster), se casó con Isabel de York (de sangre York), uniendo así ambas casas. De esa unión nació la dinastía Tudor y su famoso emblema: la rosa Tudor, que combinaba los pétalos rojos y blancos de ambas facciones.

Para algunos historiadores, esta guerra supuso el punto de inicio del Renacimiento, aunque otros lo marcan con el descubrimiento de América en 1492.

'Arrancando las rosas rojas y blancas en los jardines de la Iglesia del Temple', por Henry Payne. Inspirada en la obra Enrique VI de Shakespeare, la escena muestra a los aliados de las facciones rivales escogiendo rosas rojas o blancas.

Este cuadro representa la elección que tuvieron que hacer los nobles para dar su apoyo a los York o a los Lancaster. Puede que el autor se haya tomado unas licencias artísticas a la hora de representar la batalla, pero resulta interesante ver cómo esta guerra se representó en el arte.

En la arquitectura también estuvo presente el símbolo de la rosa. En este ejemplo, Enrique VIII mandó construir el castillo de Deal con planta en forma de rosa de Tudor, allá por el año 1540.

La expresión latina sub rosa ("bajo la rosa") que aún hoy usamos para referirnos a algo secreto o confidencial tiene su origen en la mitología romana: Cupido regaló una rosa a Harpócrates, dios del silencio, para que guardara los secretos amorosos de Venus. Desde entonces, la rosa pasó a simbolizar discreción. En la Antigüedad tardía y la Edad Media se colgaban o pintaban rosas en techos de salas de banquetes y consejos para recordar a los presentes que lo allí dicho no debía salir de aquellas paredes. Los confesionarios cristianos también solían llevar rosas talladas con el mismo significado, y en la corte de los Tudor la cámara privada del consejo tenía una gran rosa tallada en el techo.

Rosa en un techo de Rodas, Grecia.

En el simbolismo cristiano antiguo también se pintaban o se tallaban rosas en los confesionarios, indicando que las conversaciones debían permanecer secretas.

Confesionario con rosas talladas en su parte superior.

Después de este pequeño repaso histórico, vamos a ver ahora unos pocos rosales Alba para ir terminando con el tema.

El primero del que quiero hablar es de 'Chloris'. Es un rosal alto y elegante, de aroma suave y sin espinas.

El segundo es 'Maidens Blush', aunque también se le conoce como 'Cuisse de Nymphe'. Es una de las rosas favoritas de Peter Beales.

Esta es 'Alba Maxima'. A pesar de que casi todo el aceite de rosa es de rosales damascenos, también se hace un aceite de rosa blanca en el que, presumiblemente, se utiliza rosales 'Alba Maxima' por su aroma extremadamente fuerte. Por supuesto, este aceite es un producto prémium muy, muy caro.

Peter Beales dice que Graham Stuart Thomas, el gran especialista inglés en rosas antiguas, consideraba que 'Königin von Dänemark' era "una perla invaluable". Las flores tienen un gran aroma y el rosal, un magnífico follaje verde oscuro azulado libre de enfermedades. El arbusto es vigoroso y desarrolla una madera muy espinosa. Esta variedad es altamente valorada.

Pocos grupos de rosas combinan tanta historia, resistencia, elegancia y perfume como los Alba. Aunque su colorido sea discreto, su presencia en el jardín es inolvidable y su legado cultural, fascinante.

Comentarios

  1. Me ha encantado este post. Nos instruye en este mundo de la historia de los rosales antiguos, que cuando terminas de leer, te dan ganas de continuar. Excelente trabajo. Muchas gracias.

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    1. Es muy interesante todo lo que rodea a las rosas antiguas. Cuanto más las investigo más me asombro de todo lo que llevan detrás, de cómo se representaron en el arte y de todos los mitos y leyendas que se crearon a su alrededor.

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