No solo hay una manera de hacer las cosas

Muchas veces nos obcecamos en seguir consejos de otra gente, ya sea porque queremos conseguir los mismos resultados que ellos o porque vemos que tienen una técnica de trabajo más eficiente que la nuestra. El problema viene cuando creemos que esa manera de trabajar y de hacer las cosas es la única válida y que la nuestra no dará ningún resultado.

Pongo un ejemplo:

99+1=100

33+67=100

En ambos casos el resultado es el mismo, pero los factores de cada suma son muy diferentes.

En la jardinería y en otros ámbitos de la vida ocurre lo mismo, pero me centraré en la jardinería porque es el tema de este blog. Cada persona cuenta con una serie de factores a su favor y en su contra a la hora de cuidar las plantas, pero lo que de verdad importa es la suma total de todos ellos para conseguir que una planta salga adelante. Se me ocurre, por ejemplo, la facilidad para comprar ciertos sustratos, para conseguir ciertos abonos, la posibilidad de darle a las plantas las horas suficientes de sol directo, la posibilidad de regarlas cuando lo necesiten, etc. Este listado puede ser casi interminable.


Estoy cansando de ver recomendaciones en internet y en foros sobre el tipo de abono que hay que utilizar, sobre el sustrato que hay que poner, sobre las horas de sol directo que tiene que recibir una planta, sobre que hay que regarlas con agua destilada de ósmosis inversa, sobre la manera de podarlas, etc... Todo esto, al final, no es más que una serie de pamplinas que no se sostienen por ningún lado.

¿Qué pasa con ese pino que crece colgado de un acantilado pegado al mar? ¿O con la higuera creciendo sobre una pared de una casa abandonada? Estoy más que seguro de que justo esas plantas no reciben los cuidados adecuados, ni tienen la tierra adecuada, ni la poda adecuada, ni las horas de sol que deberían de tener y, sin embargo, ahí están creciendo.

E insisto siempre en lo mismo, porque siempre os lo estoy demostrando con pruebas. A una planta ya le puedes poner el mejor abono chupiguayultracarísimo, que si los demás elementos que necesita no están presentes (sol, sustrato adecuado, temperaturas, humedad ambiental, etc), esa planta se va a acabar muriendo en poco tiempo.

La jardinería es un arte, sí, pero también es verdad que tiene un gran componente de ciencia y con hechos que se pueden demostrar con los estudios. Muchas veces, y a pesar de nuestros cuidados, las plantas consiguen salir adelante y sobrevivir. No nos estresemos porque se nos muera una planta o porque no podamos seguir los consejos de internet al pie de la letra. La jardinería es "prueba y error" y si algo no funciona a la primera, a lo mejor funciona al tercer intento o al noveno. A todo el mundo se nos muere alguna planta de vez en cuando, o ponemos un esqueje a enraizar y se muere, o hacemos un injerto que no funciona y creo que en esas situaciones lo que mejor podemos hacer es analizar lo que falló y ver si podemos corregirlo en el futuro para que no nos vuelva a ocurrir.

Nadie nació sabiendo a andar y mucho menos sabiendo a correr, pero a base de práctica y a base de esfuerzo todo eso se consigue, pero también es verdad que primero hay que aprender a ponerse de pie. La jardinería es igual. Al principio no tenemos mucha idea, pero al ir cuidando las plantas vamos viendo lo que nos funciona y lo que no. En el fondo, de lo que se trata es de buscar nuestro método personal. No se trata de seguir a pies juntillas las recomendaciones de otra persona de internet que viva en la otra punta del país y que seguramente tendrá un clima y una serie de ventajas y de inconvenientes totalmente diferente a los nuestros. Yo soy yo y mis circunstancias y en la jardinería es exactamente igual. Con todos los recursos que tengamos a nuestro alcance, tenemos que ir seleccionando los que más nos convengan para nuestros objetivos.

Esta entrada me salió un poco filosófica, pero mi intención es que abráis los ojos y hagáis un poco de autocrítica o de autoanálisis para ver si de verdad necesitáis ese abono superfermentado que fabrican en la otra punta del planeta para ponérselo a vuestro geranio. ¿De verdad os hace falta? Porque si os va bien cuidando una planta a vuestra manera, no tenéis que cambiar absolutamente nada, por mucho que leáis en internet que ese abono carísimo hace milagros.

Y quien habla de plantas, también puede hablar de otras cosas, pero eso ya os lo dejo por si queréis leer entre líneas porque esta entrada dice más de lo que parece y puede que sea una de las entradas más importantes del blog hasta ahora. A buen entendedor, sobran las palabras.

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