Oxythyrea funesta

Los Oxythyrea funesta son unos insectos voladores de la familia de los Scarabaeidae, en concreto de la subfamilia de los Cetoniinae. A esta subfamilia se la conoce vulgarmente como "los escarabajos de las flores" y a los Oxythyrea funesta como "escarabajos del sudario".

Como muchos otros Cenoniinae, los adultos de los Oxythyrea funesta son de hábitos diurnos. Se alimentan de las flores de numerosas plantas, en especial de las Asteráceas, Rosáceas, Apiáceas, Brassicáceas y Fabáceas, es decir, de numerosísimas plantas de uso ornamental y agrícola. Y no solo eso, sino que también pueden alimentarse de otras familias de plantas, aunque es algo menos frecuente.

Los adultos tienen un cuerpo rectangular de 8-12mm de largo y son de color negro brillante con reflejos rojizos o verdosos. La superficie de su cuerpo está cubierta de forma poco densa por unos pelos amarillentos o blancos y además suelen tener varios puntos blancos en los élitros. Los individuos más mayores pierden todo ese pelo que los recubre debido al roce con las plantas.

Lo malo que tiene este insecto es que no solamente se alimenta del polen, sino que también lo hace de los órganos florales (pistilos, estambres, pétalos, etc) e incluso de los capullos, con lo cual, dejan esa flor inservible y no llega a producir fruto.

Si hay poca cantidad de Oxythyrea funesta, no suponen una gran plaga porque ayudan al aclareo de frutos en los árboles frutales de una manera natural, pero si la población de estos insectos supera el punto crítico, llegan a constituir una plaga importante en los melocotoneros, viñedos, rosales y en la agricultura en general. Esta es una de las plagas que hay que eliminar lo antes posible porque puede producir auténticos destrozos.

Aquí un Oxythyrea funesta dándose un banquete con las flores de un peral

Y aquí el resultado de su comilona, con las flores ya inservibles para dar fruto

Los Oxythyrea funesta tienen una metamorfosis completa con sus 4 fases de desarrollo para convertirse en insectos adultos: huevo, larva, pupa y la fase final de imago o estado adulto.

Las hembras depositan los huevos directamente en el suelo, en una zona con mucha materia orgánica. Y tras eclosionar, las larvas se mantienen enterradas durante varios años hasta que los adultos salen a la superficie en primavera aprovechando la explosión de flores.

Las larvas son gruesas, blancas y arqueadas en forma de C y pueden alcanzar los 3cm de longitud en su último estadio. Tienen una vida larga, viviendo así durante tres o cuatro años antes de convertirse en adultos. Cuando llega el frío, profundizan en el terreno e invernan comiendo las raíces de las plantas. Algunos biólogos describen el ciclo de vida de la Oxythyrea funesta relacionándolo con la temperatura y exponen que la temperatura óptima para el desarrollo larval se sitúa entre los 20 y los 25ºC y que puede durar entre 8 o 9 semanas.

También las describen como larvas semi-fitófagas, ya que se alimentan tanto de vegetales en proceso de descomposición como de raíces vivas de las plantas. Y debido a que en invierno muchas plantas tienen los nutrientes acumulados en las raíces para pasar la hibernación, y eso supone un debilitamiento posterior para el momento de su brotación. No llegan a matar a la planta, pero la pueden debilitar bastante.

Larva

Pupa

Adulto

El periodo adulto es bastante largo y está muy influenciado por la latitud y longitud de la zona, pero a rasgos generales, se extiende desde marzo a agosto. Puntualmente, puede haber una segunda generación de adultos al final del verano o principios de otoño, ya que la especie también puede invernar en su fase adulta y pasar el invierno en el suelo.

El tratamiento de esta plaga es un poco difícil porque justo se hace visible cuando las plantas están en floración y justo es en ese momento cuando no se deben de tratar las plantas con insecticidas para evitar la muerte de abejas que van a libar el néctar de las flores. Se pueden utilizar trampas con feromonas para atraer a los machos, pero a veces también son contraproducentes porque pueden atraer a más insectos de los que ya hay y provocar aún más daños.

También existe otra opción y que para mí es la más efectiva de todas. Se trata de fomentar la biodiversidad. Cuantos más animalillos anden por nuestro jardín, más fácil será que aparezca un lagarto, un pájaro, una rana o cualquier otro espécimen que se alimente de estos insectos y que nos ayude a controlar la plaga de una manera totalmente natural. No entiendo de ornitología, pero por lo que pude encontrar, el trepador azul (Sitta europaea) es un cazador muy bueno de este insecto.

Información obtenida de: aquí y aquí.

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