El nitrógeno es un macronutriente que las plantas requieren en gran cantidad. Normalmente, el nitrógeno se aporta en forma de nitrato (NO3-), amonio (NH4+) o urea [CO(NH2)2]. La urea se convierte en amonio en el suelo, por lo que desde este punto de vista se la puede considerar como un equivalente al amonio.
Las dos fuentes principales de nitrógeno que absorben las plantas son NH4+ y NO3- y la mayoría de los fertilizantes contienen nitrógeno en una o en ambas de estas dos maneras. Sin embargo, la proporción óptima de NH4+:NO3- depende de muchos factores como la especie de cada planta, su edad, el momento de aplicación, el clima y la localización. De todos modos, se considera que las plantas adaptadas a suelos ácidos tienen preferencia por el NH4+ y las adaptadas a suelos con pH más neutro prefieren el NO3-.
Fijémonos que el NO3- tiene carga eléctrica negativa y el NH4+ tiene carga eléctrica positiva. Cuando se absorben, la planta tendrá que activar un mecanismo para mantener el mismo equilibrio eléctrico tanto en el interior de las raíces como en el sustrato. Así, cuando se absorbe un NH4+ también se expulsa un protón (H+) al sustrato y cuando se absorbe un NO3- se absorbe también un protón (H+) del sustrato para mantener el mismo equilibrio eléctrico.
Esto lleva a que cuando se expulsa ese protón al sustrato, se producirá una ligera bajada del pH, ya que aumenta la concentración de H+ en el sustrato y cuando se absorbe del sustrato, ocurrirá justo el efecto contrario y aumentará el pH.
El nivel de pH desciende a medida que aumenta la concentración de H+ |
Si existen niveles altos de NH4+ en el sustrato, se puede bloquear la absorción de cationes (iones de carga eléctrica positiva) como el calcio y el magnesio y provocar una deficiencia de estos elementos en las plantas. Al mismo tiempo, también se puede absorber más cantidad de fosfato y sulfato (iones con carga eléctrica negativa) debido a la acidificación del sustrato. Por ejemplo, en suelos alcalinos, la aplicación de NH4+ reduce la incidencia de déficits de hierro.
En el caso del NO3- ocurre algo similar, pero en este caso se bloquea la absorción de aniones esenciales. Por eso es necesario conocer la proporción adecuada de NH4+:NO3- y así conseguir plantas con mejor crecimiento.
En el estudio se utilizaron rizomas de Iris 'Immortality' y se hicieron cinco grupos de plantas diferentes. Plantaron los rizomas en un sustrato sin nutrientes y cada grupo recibió diferentes proporciones de NH4+:NO3- (en concreto 0:100, 25:75, 50:50, 75:25 y 100:0). El resto de nutrientes se agregaron por igual a todos los grupos.
No se les suministró ningún componente de cloro y, sin embargo, las plantas no presentaron síntomas de deficiencia de cloro como hojas marchitas o el recurvado de las hojas jóvenes. De esto se deduce el cloro contenido en el agua de riego y de lluvia sería suficiente para cubrir las necesidades de las plantas.
Los resultados mostraron que el crecimiento de abril a agosto no se vio afectado por la forma de nitrógeno. La única excepción fue en junio, en donde las plantas fertilizadas con una proporción de 100:0 de NH4+:NO3- fueron significativamente más pequeñas que las de los otros grupos.
El contenido de clorofila fue más alto en aquellos grupos que combinaron el amonio y el nitrato. En junio, el contenido de clorofila fue mayor en las plantas que recibieron 75:25 de NH4+:NO3-. En agosto, el contenido de clorofila también fue mayor en aquellos grupos que recibieron una fertilización combinada de NH4+ y NO3- frente a los grupos que solo recibieron amonio o nitrato únicamente. En el resto de los meses no hubo diferencias entre los grupos.
De abril a julio, el contenido de clorofila en las hojas mostró una tendencia bajista independientemente de las proporciones de NH4+:NO3-. Esto podría deberse a las altas temperaturas del verano. Esta tendencia bajista también se ha mostrado en otras plantas, como por ejemplo en Agrostis stolonifera, en la que su contenido de clorofila también disminuye cuando la temperatura del suelo es alta.
Sin embargo, la floración de los Iris no se vio afectada por la forma de nitrógeno y no hubo diferencias en el número de floraciones ni en su longitud.
El peso seco de las hojas, raíces y rizomas tampoco no se vio afectado por las proporciones de NH4+:NO3-, lo que indica que los Iris no tienen preferencia por el amonio o el nitrato como fuente de nitrógeno.
La concentración de nitrógeno en las hojas y en las raíces tampoco no se vio afectada por las proporciones de NH4+:NO3-. Esto parece indicar que los Iris no tienen preferencia por el amonio o el nitrato como fuente del nitrógeno, ya que podrían contar con procesos metabólicos y de absorción de nutrientes que les permiten procesar altas concentraciones tanto de amonio como de nitrato.
Por otro lado, las proporciones de NH4+:NO3- afectaron de manera significativa a las concentraciones de P, Fe, Mn, Zn, y Cu en las hojas; a las concentraciones de Ca, Mg, Mn y B en las raíces; y a las concentraciones de N, P, Mg, Fe, Mn y Zn en los rizomas.
Recalco nuevamente que el proceso de absorción de NH4+ o NO3- tiene una gran influencia en la absorción de otros aniones y cationes del sustrato y en el pH de la rizosfera. Así, las proporciones más altas de NH4+:NO3- provocaron una mayor concentración de Cu, Fe, Mn y Zn en las hojas y una disminución en las concentraciones de Ca y Mg en las hojas, raíces y rizomas. Esto podría ser debido a que la alta cantidad de NH4+ induce una bajada del pH en la rizosfera y provoca un incremento en la disponibilidad de estos minerales y disminuye la disponibilidad del calcio y magnesio.
Debido al antagonismo entre NH4+ y la absorción de Ca, una gran cantidad de NH4+ en el fertilizante puede derivar en una disminución de la concentración de Ca en la planta.
Por último, también hay que considerar que para fabricar un aminoácido, las plantas emplean más energía para producirlo a partir de un nitrato que a partir de un amonio. Además, el azufre resulta ser un elemento esencial para convertir el nitrógeno en un componente vegetal y la falta de disponibilidad de azufre en el suelo deriva en una disminución en la absorción del nitrógeno.
Teniendo todo esto en cuenta, en el caso de los Iris se recomienda una fertilización en la que haya una combinación de NH4+ y NO3- y así favorecer la absorción de sales minerales y evitar cambios de pH en el sustrato.
Discusión con otras plantas:
Los efectos de las formas de nitrógeno sobre la altura de las plantas puedes variar según las diferentes especies. Además, si la fuente de nitrógeno no es la preferida por la planta, se pueden originar síntomas de deficiencia de nitrógeno, además de una disminución de su peso seco.
Por ejemplo, en pimiento (Capsicum annuum), la disminución de la proporción de NH4+:NO3- origina plantas más pequeñas y compactas, mientras que en los tomates (Lycopersicon esculentum) no se producen cambios en su altura. Sin embargo, en los tomates las fertilizantes con altas concentraciones de NH4+ disminuyen su contenido de clorofila, lo que indica un efecto de toxicidad del NH4+ y la degradación de la clorofila molecular. En cambio, las endivias (Cicorium endivia), aumentan la cantidad de clorofila con los tratamientos más ricos en NH4+.
En otras plantas rizomatosas como la Curcuma alismatifolia la mayor concentración de nitrógeno en las hojas se produce en aquellas plantas que reciben NO3- como fuente única del nitrógeno.
En las Phalaenopsis híbridas se utiliza un mínimo del 75% del nitrógeno perteneciente al NO3- para potenciar el crecimiento y la floración.
En los rosales, si la proporción de NH4+:NO3- es mayor del 60:40, el número de rosas para flor cortada disminuye debido a la deficiencia de calcio y potasio inducido por el amonio.
La producción de flores de Gerbera jamesonii aumenta al emplear proporciones de NH4+:NO3- de 33:67; 25:75 y 50:50.
Y con esto termino. A continuación os dejo el enlace al artículo original.
Información obtenida de: aquí.
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