Oidio

Vamos con una de las enfermedades más comunes que pueden presentar las plantas y que no diferencia entre las plantas cultivadas en exterior y ni las de interior.

En español existe una cierta confusión cuando se leen artículos en inglés porque el oidio se traduce como powdery mildew y si lo leemos de manera literal nos lleva a pensar en el mildeu cuando no se trata de esa enfermedad. Sin embargo, la traducción del mildeu es downy mildew. Así que parece importante hacer esa aclaración para evitar más confusiones.

El oidio es una enfermedad fúngica provocada principalmente por diversas especies de hongos del género Oidium, aunque también puede estar provocada por otros géneros como Sphaerotheca y Leveillula, entre otros muchos.

Hongos de Podosphaera sobre hoja de un pepino

Sea cual sea el agente causante, en todos los casos se manifiesta con la formación de unas manchas blanquecinas y aterciopeladas en la superficie de las hojas, en los brotes más tiernos, en los tallos y incluso, también en los frutos. Parece como si a la planta se le hubiera caído encima un bote de polvos de talco.

Oidio sobre los capullos y pedúnculos florales de un rosal

En las plantas de interior, el oidio se puede manifestar casi en cualquier época del año por la falta de ventilación, pero en las plantas de exterior hay dos momentos propicios, uno primavera y otro otoño. En esos momentos se combinan las condiciones ideales de temperaturas para la germinación de las esporas del hongo con temperaturas superiores a 15ºC, una humedad ambiental superior al 75% y una baja intensidad de sol. En verano hay mucha menos humedad ambiental y en invierno las temperaturas son más bajas, así que ahí no hay ningún problema con este hongo.

A: conidio del hongo sobre la superficie de una planta, B: tubo germinativo emergiendo del conidio, C: formación del apresorio, una estructura de adhesión a la planta, D: aumento del apresorio en donde se observa el poro de penetración que utiliza el hongo para alimentarse de la célula de la planta, E: más apresorios, F: conidióforos que contienen nuevas esporas del hongo

A pesar de ser una enfermedad muy común, suele responder muy bien a casi cualquier tratamiento antifúngico. Funciona muy bien el azufre e incluso el jabón potásico, también un cierto efecto sobre el oidio por su poder de limpieza. Y por supuesto, también funcionan estupendamente los fungicidas comerciales. Sin embargo, el cobre no es efectivo contra él, a pesar de que sirva para otras enfermedades fúngicas de las plantas.

Del azufre no se conoce muy bien su forma de actuación. Se asume que actúa por contacto directo y que provoca una reacción en las células del hongo que induce a su autodestrucción, pero no se sabe bien cómo hace eso. Lo bueno del tratamiento con azufre es que no crea resistencias fúngicas y se puede aplicar todas las veces que queramos. Con otros tratamientos fungicidas de síntesis estamos más limitados y solo se recomiendan 2 o 3 veces al año (según las indicaciones de cada producto) y hay que ir rotando diversos productos que tengan mecanismos de acción diferentes para evitar que el hongo desarrollo resistencias. Así que, para mí, el azufre es un tratamiento de elección para el tratamiento del oidio porque no presenta ninguna contraindicación importante. Lo único que tiene de malo es que mancha un poco las hojas y que es incompatible con tratamientos grasos, como el jabón potásico o el aceite de parafina, y habría que separar esos tratamientos al menos 30 días, pero por el resto, es un tratamiento muy bueno.

En cuanto a las plagas y enfermedades, os recuerdo lo que digo siempre: lo primero para combatirlas es la prevención. Siempre que sea posible, lo mejor es elegir plantas o variedades que sean especialmente resistentes a las plagas y de esta manera nos evitaremos dolores de cabeza con los tratamientos más adelante.

Para despedirme os dejo un dato curioso sobre el oidio y es que antiguamente se plantaban varios rosales por los viñedos por su sensibilidad al oidio. Se utilizaban como una alerta y si los rosales enfermaban, les indicaba a los cultivadores que se daban las condiciones ideales para el desarrollo de la enfermedad y entonces los cultivadores de los viñedos y entonces comenzaban a tratarlos de manera preventiva. Pero lo que no sabían en aquel entonces era que el odio de los rosales y el de las vides está provocado por especies diferentes de Oidium y no tenían nada que ver un tipo de oidio con el otro.

Comentarios

  1. Preciso encuentro esta entrada ahora que encontre el oidio comenzando en las hojas de mis rosas.
    lo que les aplico es una solucion que preparo de caldo bordeles, que lo venden bajo el nombre de Antrasin, ( sulfato de cobre y sulfato de calcio ) una pasta concentrada y se debe diluir...3grms x litro de agua.
    Aprovecho para consultar despues de cuantos dias la podre aplicar de nuevo ..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tu duda ya la expliqué más o menos en la entrada. El azufre lo puedes aplicar las veces que quieres y no hace falta dejar ningunos días entre aplicaciones. Obviamente, no lo vas a aplicar todos los días, pero con una semana de separación es suficiente.

      Por otro lado, cuidado con el sulfato de cobre porque no sería el producto más adecuado para tratar o prevenir el oidio si las plantas tienen hojas. El cobre tiene efecto defoliante, así que yo lo reservaría para el invierno como tratamiento preventivo en aquellas plantas que sean de hoja caduca. Además, el cobre no es válido para el tratamiento del oidio.

      Eliminar

Publicar un comentario