Llega el otoño y con él empiezan a pasar cosas raras en algunos frutales y arbustos. El otoño es un tiempo cambiante, con días fríos, calurosos, con lluvias, días húmedos y también con semanas que casi no llega a caer ni una gota de agua.
Al igual que el tiempo es un poco cambiante y nos puedes coger desprevenidos (¿nadie salió de casa con paraguas y luego resultó un día soleado y caluroso?) a los árboles también les puede ocurrir lo mismo y se terminan desorientando con el clima.
Antes de empezar a desarrollar la entrada, voy a hacer una aclaración sobre el crecimiento vegetal.
La mayoría de árboles y arbustos presentan dos periodos de reposo al año: uno en invierno por el frío extremo y otro en verano por el calor extremo y la falta de agua. De modo que cuando las temperaturas se suavizan en primavera y en otoño y empiezan a caer las primeras lluvias, los árboles se reactivan y empiezan a crecer de nuevo. Es casi como si experimentaran dos primaveras a lo largo del año: una la propia primavera natural y la otra en otoño, porque desde el punto de vista meteorológico, la primavera y el otoño son dos estaciones muy similares en cuanto a temperaturas, humedad ambiental, fotoperíodo y nivel de precipitaciones. Bien, una vez esto aclaro, sigamos con la entrada.
Que un árbol o un arbusto florezca en otoño cuando no le correspondería hacerlo, no significa que se vaya a morir ni tampoco quiere decir que esté enfermo. Es solo que estuvo dormido en verano y ahora está despertando con mucha fuerza. Es algo tan simple como que, en algún momento, el árbol recibió un estímulo que la planta interpretó como que tenía que florecer ahora. Ese estímulo floral pudo haberlo recibido tanto este año como incluso años atrás. Recordemos que las plantas, y en especial las plantas leñosas, funcionan con un "desfase" y todo lo que les ocurra ahora, a lo mejor no lo manifiestan hasta pasados unos meses o años. Yo a esto lo llamo "el efecto retarded".
Por eso, cuando analicemos un árbol o cualquier otra planta, siempre tenemos que conocer los cuidados que estuvo recibiendo en los últimos meses. No nos vale el aquí y el ahora. Las plantas tienen su propio ritmo y reaccionan con ese desfase. Y lo que les pasó hace 2, 3 o 6 meses, lo estaremos notando ahora. Así que insisto en que siempre tenemos que conocer los antecedentes de cada planta.
En una entrada anterior, vimos los desencadenantes de la floración en las plantas. Estaba más dirigido a plantas herbáceas que a plantas leñosas, pero nos sirve para tener una referencia. Las plantas leñosas son muchísimo más complejas e intervienen tantísimos factores que provocan la floración, que reducirlo a que la planta se pone a florecer ahora en otoño porque está sintiendo que se va a morir, me parece una visión bastante simplista y reduccionista de la fisiología vegetal.
En la entrada que os enlacé antes vimos que uno de los factores que determinan la floración es la vernalización. La vernalización no es más que acumular horas de frío por debajo de los 7ºC.
Algunos árboles pueden necesitar 1.000 horas de frío, otros 800, otros 400, etc. Una vez que el árbol las obtenga, va a entender que ya se pasó el invierno y se va a poner a florecer. Esto es la vernalización.
Voy a poner el caso de unos árboles que necesitan pocas horas de frío (300-400h) y los plantamos en una región fría. Ahí el problema es que llenarán el cupo de horas demasiado rápido y se pondrán a brotar en enero o febrero. Si en ese entonces les cae una helada o una lluvia intensa, que será lo más probable en ese clima, se morirán la mayoría de las flores y casi no llegarán a fructificar.
Lo mismo ocurre en el sentido contrario. Si plantamos un árbol que necesita muchas horas de frío en una región con inviernos cálidos, tampoco florecerá bien porque no existe el estímulo de la vernalización que lo haga florecer. ¿Cuántos cerezos visteis en flor en Costa Rica? Ninguno, porque no dan acumulado las horas de frío suficientes.
En la misma entrada anterior también nombré de pasada otros factores que influyen la floración. Uno de ellos era la falta de agua y los cambios de temperatura y fotoperíodo. ¿Y qué ocurre en verano? Pues que falta agua. ¿Y qué ocurre en otoño? Pues que hay cambios constantes de temperatura y que además cambia el fotoperíodo notablemente. Ya tenemos ahí varios motivos que podrían desencadenar la floración de los árboles en otoño. De esto se deduce que no es nada malo que florezcan ahora, ni debemos preocuparnos excesivamente porque lo hagan. Al igual que hay rosales que vuelven a florecer en otoño y a nadie le preocupa, también puede haber variedades de árboles o arbustos que sean un poco más propensas a hacerlo.
Por lo tanto, si vamos analizando los problemas y las circunstancias de cada planta, será bastante fácil encontrar la posible causa de los problemas. Muchas veces nos preocupamos sin ninguna necesidad y en la mayoría de las ocasiones es mejor dejar que la planta siga su ritmo y se regule ella sola.
¿A qué ahora que vimos las causas ya no nos parece tan preocupante que un frutal se ponga a florecer en otoño?
No tengo frutales pero "el efecto retarded" está siempre presente en mi jardín con una azalea y rododendro.
ResponderEliminarMuy interesante y gracias por tan detallada explicación
Gracias, me alegro de que te gustara la entrada.
EliminarNo sé si el "efecto retarded" tiene un nombre científico, pero ese nombre se me ocurrió un día y me hizo gracia y así se quedó. Ya investigaré si existe un nombre oficial para esto.