El otro día hablando con una amiga de un foro surgió el tema de la poda de las lavandas. Para mí la poda de estas plantas es tremendamente fácil: solo hay que esperar al final de la floración para recortar las ramas que crecieron demasiado largas y despuntar un poco el resto de ramas. De esta manera conseguimos que todas las ramas tengan una longitud y vigor similar y potenciamos que la planta se ramifique y se vea más densa.
Si ya por último pensamos en podar tratando de dar una forma de bola a la planta, ya tendremos la poda lista. Cuando las lavandas están en maceta, algunas de sus ramas inferiores se pueden hacer colgantes y quedar un poco antiestéticas, así que también las podríamos podar.
En la foto de portada podéis ver el resultado tras la poda: ramas de una longitud similar, forma de bola y sin ramas colgando por la maceta. Como vemos, esta poda es muy fácil y no tiene mucha más explicación.
Para podar no hace falta ponerse a contar yemas, ni mirar las ramas más gruesas ni las más finas. No, no. Podamos viendo la planta como un conjunto y no ramas individuales. Esto mismo lo podemos aplicar a cualquier otra planta (incluyendo también los rosales).
Es la misma técnica que se usan en las peluquerías para cortar el pelo. Allí cortan el pelo dándole una forma bonita y armoniosa, viendo todo el cabello como un conjunto. Ningún peluquero se pondrá a cortar cada pelo uno por uno.
Con las plantas vamos a hacer lo mismo: podamos más fuerte las ramas más largas (o mechones, si seguimos con el símil del pelo) y podamos ligeramente las ramas más pequeñas (o mechones) para conseguir una apariencia bonita y armoniosa.
Me viene muy bien este post, porque sabiendo que la lavanda puede crecer tantísimo, en mi caso, debo controlar su crecimiento ya que NO las tendré directamente en tierra y para que no de el cante llegado el momento (después de la floración) debería podarla. Gracias.
ResponderEliminarYa verás lo fácil que resulta.
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