No siempre es necesario hacerlo, pero cuando manejamos muchos esquejes es necesario tenerlos identificados de alguna manera para no confundirlos. Hoy nos acordaremos de que esas dos ramas son de un rosal amarillo y las otras dos son del rosal rojo, mañana seguramente también, pero dentro de un mes ya tendremos más dudas.
Para evitar estos problemas, yo utilizo una lata de aluminio (con un imán es fácil diferenciar si la lata es de aluminio o de chapa), la corto en tiras o en rectángulos y con un boli que no pinte o un punzón grabo el nombre de la planta. Así no habrá riesgo de que se borre con el sol o el agua y se conservará durante muchísimo tiempo.
Las latas de chapa se oxidan en unas semanas porque tienen mucho hierro, pero si les pegamos unos trozos de cinta adhesiva transparente por ambas caras a modo de sándwich es casi imposible que se oxiden y durarán años y años intactas.
Otro sistema más sencillo y de menos trabajo sería marcar los esquejes atándoles hilos o lanas de colores y luego hacerse una chuleta con los códigos de color. Por ejemplo:
- Hilo verde+amarillo= rosal pepito
- Hilo rojo= rosal juanito
- Hilo morado= rosal pulgarcito
Esto me va a venir muy bien, antes tenía 4 rosales y más o menos tenía controlados los esquejes, pero ahora que tengo otros 7, y si tenemos en cuenta que de cada rosal colocamos más de un esqueje, si desde el inicio no los identifico, mal asunto.
ResponderEliminarComo soy un desastre me voy a decantar por el método de los hilos. Gracias.
El método de los hilos es bastante fiable y con hacer un par de nudos para que no se suelten ya quedaría listo.
Eliminar